¡Qué agradables son los buenos recuerdos!
Hoy me he despertado de una pequeña y reconfortante siesta de domingo con el recuerdo de «el mejor helado» que me he comido «hasta ahora».
¡Qué rico estaba!!!
¡¡¡Hmmmm!!!
Lo malo es que la tienda donde lo compré me pilla lo suficientemente lejos como para ser consciente que tardaré mucho tiempo en volver a ir a por otro igual.
¿Dónde se encuentra esta heladería?
Nada más cerca que en Japón.
En agosto de 2013 mi marido y yo disfrutamos de unas especiales y maravillosas vacaciones en Japón.
Nuestro segundo día en Kioto, visitamos Kiyomizu Dera (Templo del Agua Pura).
Es un complejo formado por más de una treintena de edificios –pagodas, templos budistas y santuarios sintoístas– con techos piramidales de ciprés y fachadas en bermellón.
El más notable es quizás el santuario Jishu (Jishu-jinja), dedicado a Okuninushino-Mikoto, un dios del amor y los «buenos matrimonios».
Aquí me dispongo a entrar…
A la entrada del santuario se encuentra una fuente purificadora en forma de dragón que arroja el agua por la boca. Hay unos cucharones con los que se debe coger un poco de agua para limpiar las manos y luego echar en ellas el agua y beber.
Desde el gran balcón hay unas vistas preciosas del monte Otowa:
En fin…el sitio es precioso:
Y una vez terminada la excursión completa, hay un gran paseo por un largo callejón lleno de tiendas para comprar recuerdos o tomar un rico helado.
Justo en el primer local:
Con el calor que hacía, era una tentación en toda regla.
Yo no pude resistirme.
Lo difícil era elegir, pero en cuanto descubrí que uno era de leche condensada lo vi muy claro: «ese»
Ahora ya he compartido con todos vosotros donde se encuentra (según mi criterio) EL MEJOR HELADO DEL MUNDO.