Casi a diario me levanto con algún pensamiento residual fruto de los sueños en el Jardín de Morfeo, y esto suele tener cierta influencia en los demás pensamientos del día.
En el caso de hoy, mi mente está venga y venga a dar por saco con el tema de «la limpieza».
Es cierto que en la sociedad actual la mayoria de las personas tienen una higiene muy cuidada, tanto corporalmente, como en sus hogares, lugares de trabajo, etc…
A diario dedicamos un tiempo considerable a nuestro aseo personal: la ducha diaria, el aseo de nuestras manos varias veces y siempre antes de comer, guisar, acariciar a algún bebé, realizar curas, etc, etc…, la limpieza del cabello, etc… También limpiamos mucho nuestras gafas, lentillas, dentaduras (el que las use, jejeje).
Igualmente mantenemos impoluta nuestra ropa, nuestros zapatos, llevando incluso al tinte lo que no podemos limpiar por nosotros mismos.
Nuestras casas no son menos, día a día dedicamos parte de nuestro tiempo a poner limpito cada rincón de la misma: barrer, fregar, pasar el polvo, sacar brillo a la plata, quitar la grasa de la cocina, tener higienizado nuestro wc, etc…
Nuestro coche tres cuartas de los mismo… ¡¡Brillante!!!
Y si vamos a nuestro rincón de trabajo, estoy segura que quizás un poco menos que el propio hogar de uno mismo (porque cuando uno trabaja hace las cosas con un pelín más de desgana…), pero lo dicho «decente».
En definitiva:
¡Estamos re-que-te-lim-pios!
Y algo también muy, muy importante:
A parte de estar relimpios…
¡Que no se diga de nosotros que olemos mal!
Es más…
Si es posible, que digan todo lo contrario, que alaben nuestro aroma, disfruten del rastro que vamos dejando al caminar y lo guarden en su memoria dejando constancia de nuestro maravilloso olor.
Para conseguir algo así empezamos por usar geles, luego a nuestro cuerpo le cubrimos de lociones o cremas aromatizadas, y finalmente el maravilloso perfume con cuyo olor nos identificamos, y con el que pretendemos transmitir nuestra personalidad.
Si esto no fuese bastante, para garantizar que somos «impolutos», estamos todo el día pendientes de que no se nos vea una mancha o un lamparón en la camisa, traje o vestido.
Y ya en casa, también intentamos transmitir nuestra esencia a través de olores añadidos: fragancias relajantes, aromas que simulan un spa o una playa paradisíaca usando velas aromáticas, artilugios eléctricos o sprays automáticos que cada 15 ó 20 minutos desprenden una carga de olor que inunda el salón.
En definitiva, que somos personas limpias y que olemos bien.
Todo aquel que no cumple estos estándares de calidad, es tachado de guarro, cerdo, sucio, asqueroso, mugriento, roñoso, pordiosero, repugnante, desaseado, puerco, etc….
Y se considera que comete una gran falta de respeto frente a las demás personas con las que comparte el espacio y la vida.
Llegados a este punto en el que demostramos convincentemente que TENEMOS NUESTRO CUERPO, NUESTRA CASA, NUESTRO COCHE Y NUESTRO LUGAR DE TRABAJO COMO LA PATENA, me gustaría preguntar con la misma insistencia:
¿Y la mente, el alma y la conciencia…
También limpias e impolutas???
Acaso para mantener limpias estas tres partes de uno mismo…
¿No hay que dedicarle el mismo tiempo que al cuerpo, la casa, el coche y el lugar de trabajo??
¿Cuánto tiempo dedicas al día a limpiar tu mente, tu alma, tu conciencia de la suciedad acumulada por las experiencias vividas?
Quizás crees que eso se limpia sólo, que por arte de magia desaparecen nuestros errores, nuestras malas actitudes, los efectos colaterales que provocamos con nuestro egoísmo o todos nuestros defectos (que no son pocos).
Siento decirte (y decirme a mí también), que limpiar esta parte de uno «TAN IMPORTANTE», requiere en un primer lugar de CONSCIENCIA.
Hagamos un pequeño ejercicio:
1.- Cuando una persona tiene el cuerpo sucio y huele mal, molesta a los que le rodean en tanto en cuanto sus narices perciben un aroma desagradable. Quizás las personas cercanas se sientan cohibidas para interactuar con el guarro, con el mugriento. No van a tener muchas ganas de compartir el espacio del trabajo, no querrán ser su amigo, no tendrán ganas de abrazarle, de estar a su lado, de dormir junto a él/ella porque en vez de sentirse bien mientras están a su lado, los efectos secundarios de su hedor anularán cualquier aspecto positivo y lo transformarán en desagradable .
Como conclusión final:
El sujeto NO LIMPIO CORPORALMENTE se sentirá rechazado, sólo, triste, desconcertado. Todo ello POR NO DEDICAR UN TIEMPO NECESARIO A LIMPIAR SU CUERPO.
Las personas cercanas al sujeto NO LIMPIO CORPORALMENTE sufrirán inicialmente MAL OLOR y luego SEPARACIÓN DEL SUJETO OLOROSO.
2.- Cuando una persona tiene la mente, la conciencia o el alma sucio, los efectos colaterales son diferentes. La falta de limpieza en estos aspectos genera algo mucho más serio y preocupante que el HEDOR.
Debido a esta suciedad, a estas manchas se crean TRAUMAS, BLOQUEOS, ENVIDIAS, CELOS, RENCORES, MIEDOS, AGRESIVIDAD, APATÍA, INFELICIDAD, ODIOS, FOBIAS, etc, etc… Y todos estos aspectos negativos son sufridos por esas personas que le/la rodean: familia, amigos, pareja, compañeros de trabajo.
Algo también muy importante es, que todos estos efectos secundarios producidos por la suciedad de conciencia, alma y mente ejercen un efecto dominó en los demás.
¿Por qué?
Pues porque a un comportamiento inadecuado del sujeto sucio, le sigue una sensación, emoción o sentimiento desagradable sentido por la persona afectada.
De más, queda decir que las sensaciones, emociones o sentimientos son cosas muchos más importantes que un simple tufillo desagradable.
Conclusión final:
El sujeto NO LIMPIO MENTALMENTE, EN ALMA Y CONCIENCIA, irá quedando un poco apartado de los demás, sufrirá SOLEDAD, RECHAZO, FALTA DE AFECTO Y CARIÑO. Y además todos sus TRAUMAS, BLOQUEOS, ENVIDIAS, CELOS, RENCORES, MIEDOS, AGRESIVIDAD, APATÍA, INFELICIDAD, ODIOS, FOBIAS se verán aumentados, intensificados e incluso «justificados falsamente» por el rechazo. Todo ello POR NO DEDICAR EL TIEMPO NECESARIO A IR LIMPIANDO ESAS PEQUEÑAS MANCHAS EN SU MENTE, EN SU ALMA Y EN SU CONCIENCIA.
Las personas cercanas al sujeto NO LIMPIO sufrirán sus comportamientos inadecuados (fruto de esos traumas, bloqueos, envidias, celos, rencores, miedos, agresividad, apatía, infelicidad, odios y fobias) y éstos, generarán entre ambas personas momentos desagradables, enfados, broncas y disgustos, que en unos casos se arreglarán y en otros casos no.
Estas experiencias vividas por la persona cercana al sujeto no limpio pueden crear dentro del mismo resquemores, resentimientos y multitud de malas sensaciones que si se repiten continuamente podrían llegar a convertirse igualmente en TRAUMAS, BLOQUEOS,….. llevando a esta persona a ensuciar su alma, mente y conciencia.
Imagínate entonces si esta 2ª persona provoca lo mismo en una 3ª y ésta en una 4ª, 5ª, 6ª…
Sería algo tremendamente negativo, como una onda expansiva de problemas, bloqueos, miedos, apatía, rencores.
Sinceramente es muy triste que dediquemos tantísimo tiempo a cuidar nuestro aspecto personal, que no seamos capaces de salir de casa sin oler a un agradable perfume, que si nos manchamos la camisa salgamos corriendo a limpiarla en el lavabo del trabajo o solucionemos el problema con una toallita anti-manchas, que incluso si se nos rompe una media busquemos agónicamente una mercería para comprar unas nuevas, y que NO lleguemos ni a darnos cuenta que tenemos la mente, la conciencia y el alma con manchas.
Incluso hay mucha gente que pensará que digo memeces, que esas partes de uno mismo no se ensucian, que no huelen mal y que no son capaces de provocar nada malo en los demás.
¿Estas seguro que no?
¿Nadie se ha quejado nunca de algún comportamiento tuyo un tanto desconsiderado, injusto, inadecuado, egoísta, celoso…?
¿Por qué no te paras unos minutos a pensarlo?
Intenta ser sincer@, analiza las situaciones en las que alguna persona a tu lado ha terminado sufriendo.
¿Has sido culpable?
¿Por qué has actuado incorrectamente?
¿De dónde sale ese mal comportamiento?
¿Cuál es el motivo por el cual actuaste así?
Intenta llegar a la raíz, es posible que esa raíz esté lejana en el tiempo, pero si das con ella, lo asumes, te enfrentas a ello y lo superas, abras limpiado un poco de tu alma, mente o conciencia.
Cada mancha que elimines promoverá mejores experiencias que vivirás con las personas que te rodean y garantizará que las demás personas no sufrirán por ello.
Anímate, inténtalo y verás que merece la pena limpiarte un poco más a fondo de lo habitual. Yo lo haré!!!
Toda la razón,miramos muchas veces antes nuestro exterior que nuestro interior cuando en cierto modo es mas importante,muy buen post 🙂
El ser humano debe ser un experimento de Dios: ¿Hasta dónde puede llegar el hombre/mujer en su comportamiento irracional? Jejejejeje!!!! 🙂