Comida Especial con mi hijo en Goizeko Wellington

Hace unas semanas fue el aniversario del día en el qué, mi querido padre realizó su viaje al otro lado…

Sinceramente, cada día le echo más de menos.

Me encantaría poder disfrutar de su compañía y sobretodo, que él pudiese ver como mi madre, mi hermana, mi hijo y yo hemos ido avanzando por la vida.

Debo decir que me siento muy agradecida con el destino por haberme concedido el honor de tener un Gran Padre.

Sin duda alguna «él es la mejor persona que he conocido…»

Cada vez que llegan fechas señaladas la nostalgia se acrecienta, pero en vez de dejarme llevar por la tristeza, yo opto por valorar la suerte que tuve.

Me invade un orgullo de hija feliz.

Lamentablemente, no todo el mundo está contento con el progenitor que le ha tocado en suertes pero en mi caso es todo lo contrario.

El caso es que esas fechas en las que mi deseo es honrar a mi padre, suelo hacerlo disfrutando de momentos especiales con mi hijo (los que han leído mi anterior entrada pueden entender por qué).

Supongo que esto debe tener un trasfondo psicológico, pero…es algo que me aporta muy buenas sensaciones y me hace feliz así que lo seguiré haciendo 🙂

En fin, el pasado 15 de mayo invité a mi hijo Adrián a comer en mi restaurante favorito: Goizeko Wellington.

Es curioso que aún no le había llevado a este restaurante, y eso que solemos darnos de vez en cuando algún caprichito gastronómico.

Llegamos y cómo siempre fuimos recibidos con toda amabilidad.

Adrián llegó con un brote muy activo de alergia y tuvo que ir un par de veces al baño antes ni siquiera de pedir los platos.

¡Pobrecillo!

Hacía bastante que no les visitaba, un par de años fácilmente…

En ese tiempo he ido conociendo otros restaurantes (Viridiana, La Terraza del Casino, Coque, Piñera, Alabaster, Club Allard, DStage, Dos Cielos, Abac, etc…). Y después de estas variadas experiencias me ratifico:

«Mi restaurante favorito es Goizeko Wellington»

La carta es muy amplia, variada, con platos de temporada y propuestas destinadas a agradar a todos los paladares.

Nosotros nos decidimos por disfrutar de unas de entradas:

–  Gamba Roja  –

Gamba Roja Goizeko

– Huevos poché sobre puré de patata, hongo y salsa de trufa negra

huevo

–  Viera con cigala  –

Viera con Cigala Goizeko

Y después un plato principal para cada uno…

¡Qué barbaridad!

Todo suena tan bien que uno pide más, de lo que el estómago puede alojar.

Merluza rellena de carabineros

Merluza rellena

Taco de atún rojo

Taco de Atún con Tomate

Para ser sinceros, lo sensato hubiese sido plantarse aquí y tomar una infusión o un cafecito pero…

¿Cómo te vas a ir sin darle un capricho más al paladar y degustar un buen postre???

Eso no sería lógico, normal ni coherente y menos si lees la carta dónde se exponen todas las opciones disponibles.

Por mi parte lo tuve clarísimo:

Frambuesas con helado de leche merengada y salsa de yogur

Frambuesa con helado de leche merengada y sopa yogur

Canutillos de Bilbao

Canutillos de Bilbao

Ya sólo queda ponerle un broche final con una infusión que allí hacen a las mil maravillas:

– Té Moruno –

Riquísimo

Para acompañar esta extensa y grata comida elegí (de entre una extensa, variada y completa carta) uno vino blanco con crianza (uva Sauvignon blanc) de Bodegas Hispano-Suizas de la zona de Utiel-Requena llamado «Impromptu», al que el sumiller me dio su OK.

A mi poco entender…

¡Fue un acierto!

Para concluir y no daros más envidia sana, concluiré diciendo que fue:

«Un almuerzo muy especial, inmejorablemente acompañada de mi hijo Adrián y disfrutando de una excepcional comida y un esmerado servicio»

nosotros

Gracias a Goizeko Wellington por la parte que le toca 😉

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